Mostrando entradas con la etiqueta Polilla. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Polilla. Mostrar todas las entradas

07 agosto 2012

PRODUCCIÓN DE POLEN DE FLOR AMARILLA (Diplotaxis Tenuifolia) - YELLOW FLOWER POLLEN PRODUCTION


PRODUCCIÓN DE POLEN DE FLOR AMARILLA (Diplotaxis Tenuifolia)

Por: José Luis Cuesta y Fernando Fernández, Cooperativa de Trabajo Apícola Pampero Limitada (CAP); EEA INTA Bordenave. 
Experiencias en el sudoeste bonaerense. Publicado en C&A 



Existen buenas razones para defender y preservar la actividad apícola: por un lado, los ingresos provenientes de las exportaciones de miel que movilizan en parte la actividad comercial de muchas localidades, y por otro, y no menos importante, la necesidad de contar con poblaciones importantes de insectos polinizadores, indispensables para la producción agrícola y la ecología local.

Mediante trampas caza-polen el apicultor puede obtener parte de dicho polen para ser utilizado principalmente con dos fines. Por un lado, puede cosecharlo en los momentos de abundancia, para dárselo a las mismas colmenas o a otras en los momentos de escasez. Por otro lado, éste puede ser utilizado para consumo humano ya que es un potente energizante y contiene gran cantidad de proteínas, vitaminas y lípidos poli insaturados, como el omega 3, 6 y 9.
El sudoeste de la provincia de Buenos Aires presenta zonas con alto potencial de producción de polen, como son los montes, zonas mixtas de monte y pradera, las praderas libres de cultivos y las sierras. En las mismas, sus cadenas de floración permitirían una producción de polen sumamente interesante.
A su vez, las condiciones climáticas reinantes en la última década en la región resultan en una producción de miel muy inestable, que transforman a la actividad apícola económica y financieramente inviable. Esta variabilidad en la producción de miel se da, entre otras cosas, a que las condiciones climáticas afectan fuertemente todos los factores que componen el rendimiento en miel, ya sea densidad de plantas melíferas, producción de flores por unidad de superficie y, por sobre todo, néctar por flor.
En la producción de polen, las variables climáticas afectan asimismo los factores que componen el rendimiento, salvo que las especies en su mayoría poseen la cantidad de polen que producen por flor fijado genéticamente. Esta característica la vuelve una producción más estable ya que las plantas florecidas en condiciones de sequía no secretan néctar, pero sí producen polen.
A su vez, la calidad nutricional del polen regional es muy alta y de excelentes características organolépticas, convirtiéndolo en un producto posiblemente muy interesante para los consumidores.
El polen de Diplotaxis tenuifolia (flor amarilla) posee gran cantidad de ácidos grasos poliinsaturados. Éstos ayudan a reducir la proporción de lipoproteínas de baja densidad que transportan el colesterol desde el hígado a las células y aumentar las lipoproteínas de alta densidad que transportan el colesterol desde el hígado para ser excretadas como bilis en el intestino. A su vez, éste posee una proteína rica en aminoácidos esenciales para el ser humano. Por otro lado, es muy rico en ácido glutámico, neurotransmisor excitatorio por excelencia de la corteza cerebral humana.
La producción de polen es una alternativa interesante para diversificar la actividad apícola en la región y de esta manera aumentar la rentabilidad de las empresas. Por ello, la Cooperativa de Trabajo Apícola Pampero        (CAP) se propuso realizar experiencias de producción de polen en la región para poseer información de campo adaptada a la producción apícola regional.
De estas experiencias, surgieron desde consideraciones sencillas, tal es el caso de que el material de la colmena productora debe estar en muy buenas condiciones, ya que las abejas pasan por cualquier ranura mayor a 4 mm, evitando ingresar por la trampa caza-polen y de esta manera se perderá.
Por otro lado, se encontró que la recolección de polen es directamente proporcional a la cantidad de cría que tenga la colmena, por lo tanto, todas las medidas de manejo deben tender a mantener una elevada producción de cría, prestándose fundamental atención a la capacidad de postura de las reinas, la sanidad y la nutrición.
A su vez, es fundamental el conocimiento de la curva de floración del campo en cuestión, ya que determina los momentos óptimos de aprovechamiento.
La trampa caza-polen debe ser colocada cuando la colmena alcanza los 7 cuadros de cría cerrada.
Con las trampas, las abejas son forzadas a pasar a través de una placa cribada y en este acto se le desprenden las cargas de polen que trae en sus patas traseras, cayendo éstas en una canasta. Luego de
unos días, el apicultor cosecha el polen de las trampas.
El lapso entre recolección y recolección estará determinado por las condiciones climáticas y la tasa de recolección de la colonia, el cual normalmente es de aproximadamente entre 3 a 7 días.
Luego de recolectado, el polen debe ser deshidratado en una secadora de polen hasta que el tenor de humedad sea menor al 8%.
Este contenido de humedad asegura la conservación del mismo, evitando la proliferación de micro organismos que lo degraden. Luego éste debe ser limpiado a través de una limpiadora de polen que le
retira el polvillo y las partículas extrañas. 
Por último, debe ser sometido a temperaturas menores a -5 ºC durante 48 hs. para garantizar una total desinfectación, tal es el caso de huevos de polilla que pueden afectar su calidad.

17 enero 2011

POLILLA DE LA CERA

GENERALIDADES
Se trata del peor enemigo de las colmenas. Hay dos clases de polillas, con tamaño y costumbres distintas. Se trata de:
• La polilla mayor de la cera o falsa tiña (Galleria mellonella).
• La polilla menor de la cera o tiña de la cera (Achroia grisella).
Las colonias débiles pueden ser devastadas por la polilla y en algunos casos las abejas abandonan la
colmena por el olor que emana de las polillas.
Tal como sus nombres lo indican, hay una apresiable diferencia de tamaño entre uno y otro tipo de polilla (18 y 25 mm). Además, la menor, presenta un color plateado marrón uniforme en ambos pares de alas y la cabeza de color amarillo, mientras que la polilla mayor es de color marrón, gris o púrpura y su cabeza es gris o marrón claro.
CICLO DE VIDA
El ciclo biológico de la polilla es de aproximadamente 50 a 60 días, siendo la temperatura óptima para el desarrollo larval entre 30° y 35°C; la actividad larval disminuye entre los 4° y 7°C. Desde el mes de noviembre, las hembras desovan entre 400 y 1800 huevos, en un periodo de hasta 15 días; la polilla mayor los deposita en grupos pequeños (5 a 30), mientras que la menor los agrupa en gran cantidad (250 a 460).
Las polillas atacan los cuadros de cera donde los encuentren, ya sea en la colmena - tanto en la cámara de cría como la melaria- o en el galpón, manifestando una considerable preferencia por los panales oscuros
Del huevo colocado en cualquier hendija o grieta, surge una larva que fácilmente escapa de las abejas y se introduce en celdas vacías, comenzando la construcción de galerías de forma tubular que revisten de cera y excrementos. A medida que van creciendo de tamaño, alargan y ensanchan los túneles en distintas direcciones, alimentándose de cera. Al llegar a su máximo desarrollo, abandonan la cera y se dirigen hacia los laterales y cabezales del panal o hacia la entretapa, donde construyen su capullo para transformarse en pupas.
CONTROL
Un método natural para combatir la polilla es la construcción del polillero. Consiste en dejar las alzas con sus panales sin miel a la intemperie, cubiertos con un plástico o debajo de un tinglado, dispuestas de manera tal que conformen un túnel para que el viento circule por los cuerpos (cada hilera puede estar formada por diez alzas, por ejemplo), colocando en los extremos rejillas excluidoras para evitar la entrada de pájaros o ratones.
Como desinfectantes suelen utilizarse diversos productos químicos:
• Sulfuro de Carbono: Es un líquido que gasifica a temperatura ambiente. Mata la polilla, pero no destruye los huevos. Además, sus vapores son inflamables, de modo que no hay que prender fuego en sus inmediaciones. Se construye una pila de 8 a 10 alzas sobre piso firme y en el alza superior se dispone un recipiente de vidrio o loza conteniendo una cucharada sopera de Sulfuro de Carbono por cada alza colocada, cubriendo la pila con una entretapa o techo. Un día es suficiente para matar las polillas, correspondiendo una aplicación más para acabar con los huevos (o varias si se trata de un invierno benigno).
• Bromuro de Metilo: Si bien destruye todos los estadios de la polilla, su complejidad sólo lo vuelve recomendable en grandes apiarios.
• Azufre: Sobre un brasero bien encendido, se colocan 10 a 15 g de azufre por alza o 65 a 130 g por metro cúbico de ambiente. El anhidro sulfuroso que se forma es inocuo para el hombre, pero corroe los metales. Constituye un tratamiento económico que mata las larvas y los adultos de la polilla.
• Tetracloruro de Carbono: Tiene las características del anterior, pero su costo es elevado.
• Acido acético glacial: Acaba con la polilla en todos sus estadios. Sus gases son nocivos para el hombre. Se utilizan 150 cc para 3 a 4 alzas. Se aconseja reunir todo el material en una habitación herméticamente cerrada y dejar actuar el producto por 48 horas, procediendo posteriormente a su ventilación. Se recomienda repetir el procedimiento.
Enemigos de las abejas - la polilla de cera por *José Antonio Pérez
Es sabido que de los enemigos que tienen las abejas, uno de los más importantes, es la polilla de la cera. El apicultor, teniendo presente los estragos que provoca dicho enemigo, toma los recaudos necesarios para combatirlo, tanto en las colmenas pobladas, como cuando almacena alzas con cuadros con cera estampada y obrada.
En el primero de los casos, colmenas pobladas, el apicultor sabe que constituyen un medio propicio para su propagación, los panales de colmenas huérfanas o debilitadas por alguna enfermedad; esto es, en su gran mayoría, panales vacíos, o sea que no están ocupados por las abejas, en sus distintas etapas de crianza. Una vez más, queda evidenciado lo inconveniente y negativo que resulta tener y mantener colmenas débiles; por el contrario, cuando las colmenas son vigorosas, pueden llegar a ser objeto, ocasionalmente, de invasiones leves y rara vez tendrán las polillas oportunidad de prosperar a un grado que no pueda ser repelido por las abejas, pues las mismas actúan como agentes protectores sobre los panales que se encuentran dentro de las colmenas.
Distinto es el caso, cuando se tienen que almacenar alzas con cuadros; tarea que se realiza habitualmente en la época de otoño a invierno. Para evitar el ataque de la polilla de la cera, el apicultor, apenas almacenados los cuadros, procede a fumigarlos convenientemente, y de acuerdo al producto utilizado, repite el tratamiento periódicamente. Si el producto utilizado elimina las larvas, pero no los huevos de las polillas, habrá que hacer una nueva aplicación a los 10 a 15 días siguientes, para destruir las larvas que hayan nacido en ese lapso. Al respecto, debe recordarse que el desarrollo de las larvas así como también el periodo de incubación de los huevos, depende mucho de la temperatura circundante.
Por tal motivo, después de tratados, los panales deben protegerse de cualquier infectación ulterior, por lo cual se recomienda revisar periódicamente los mismos, por si requieren un tratamiento más intensivo.
Es conveniente tener presente que, cualquiera sea el producto que se utilice para fumigar los panales, los mismos, como medida precautoria, deben ser ventilados convenientemente, días antes de su incorporación a las colmenas, con el fin de eliminar posibles residuos del producto aplicado.
Amigo apicultor: es importante tener presente estas precauciones, pues es una manera de proteger su inversión y sin mayores gastos de mantenimiento.
Amigo apicultor: es importante tener presente estas precauciones, pues es una manera de proteger su inversión y sin mayores gastos de mantenimiento.
Conservación de panales por *José Antonio Pérez
Dentro de las tareas que realiza el apicultor en la preparación de las colmenas para la invernada, es la reducción de la altura de las mismas y, por tal motivo, quedan alzas con cuadros fuera de las colmenas, que son, en su gran mayoría, aquellas con panales obrados vacíos, que fueron utilizados oportunamente en la cosecha de miel.
Sobre la conservación de estos panales durante el invierno existen distintos criterios, ya que hay apicultores que prefieren dejar las alzas con los cuadros vacíos sobre las colmenas pobladas, mientras que otros apicultores optan por consevar los panales en depósito o a la intemperie, bajo galerías, aleros o bien cubriéndolos con chapas, tomando los recaudos necesarios para evitar el ataque de roedores, pájaros y polillas de la cera y la acción de la lluvia y el sol.
En el caso de dejar las alzas sobre las colmenas pobladas, el apicultor tiene la precaución de darle a estos cajones la debida ventilación, pues de no ser así, se corre el riesgo que los panales contraigan moho y hongos, debido a la condensación de agua que producen las abejas cuando consumen la miel que tienen de reserva para el invierno.
Para la conservación de panales en depósito, el apicultor coloca como base un piso de colmena, sobre este coloca un alza vacía que cumple la función de cámara de aire, y sobre esta apila de 6 a 7 alzas con cuadros con cera obrada unicamente, ya que si emplea el sistema de quemar azufre dentro de esa estiba, y por descuido hay cuadros con cera estampada, la acción del azufre oxida el alambre y cuando se necesiten esos cuadros, el alambre se cortará al menor manipuleo. Una vez hecha la estiba, se coloca sobre la misma una entretapa ciega a modo de techo, observando que no haya ninguna abertura por donde pueda salir el gas del azufre. Este tipo de tratamiento se realiza en 2 a 3 veces durante el invierno, teniendo la precaución de ventilar a la intemperie estos cajones cuando esté próximo el momento de incorporarlos a las colmenas, con el fin de eliminar posibles residuos del azufre.
Cabe destacar que también se emplean otros productos químicos para tal fin, comoser: Sulfuro de Carbono, Paradiclorobenzol, Bromuro de Metilo. Es conveniente tener muy en cuenta la correcta aplicación de estos productos, asesorándose debidamente, ya queen algunos casos son tóxicos para las personas. Lo ideal es que, apenas realizada la aplicación de producto, hay que retirarse inmediatamente del depósito para no inhalar los gases.
En caso de colocar las alzas con los cuadros a la intemperie, el apicultor procede de la siguiente manera: dispone de varios caballetes para colmenas o bases con similares características, y sobre estas coloca las alzas con cuadros, “paradas”, una junto a la otra, formando una especie de túnel, y en cada extremo coloca una rejilla excluidora clavada en el alza. De esta manera, permitirá una corriente de aire permanente a través de los cuadros y la función de las rejillas excluidoras impedirán la entrada de pájaros y roedores evitando que aniden y que rompan la cera obrada. Desde ya que es conveniente emplear este sistema colocando los cajones bajo techo.
Amigo apicultor: es importante tener presente estas precauciones, pues es una manera de proteger su inversión y sin mayores gastos de mantenimiento.
Invernada: Materiales a desinfectar  por *José Antonio Pérez
Una vez terminado el acondicionamiento de las colmenas para la invernada, el apicultor realiza la tarea específica de adecuar el material que ha quedado fuera de las colmenas, ya sean alzas con cuadros con cera obrada que han sido utilizados en la cosecha, como también todo aquel material que se ha ido retirando del colmenar durante la temporada, por distintos casos.
En esta oportunidad me referiré a éste ultimo punto, ya que el mismo es de tanta importancia como el primero. El apicultor cuando comienza a seleccionar estoas materiales, agruparáa elementos a reacondicionar para poder ser utilizados en la próxima temporada –alzas, cuadros, entretapas, rejillas excluidoras, techos y pisos-, como también descartará todo aquel material que ya ha cumplido su ciclo y sólo resta rescatar algunas partes del mismo para volver a utilizarlos; el resto se destruye.
Pero en esta tarea hay un punto que es muy importante tener en cuenta: de todo el material que se trajo del colmenar para su conservación y reacondicionamiento, casi siempre existe material que oportunamente estuvo ocupado por las abejas y por enfermedades o causas no resueltas o no comprendidas en su momento por el apicultor, estas colmenas han quedado vacías. Y este es el tema más importante a considerar: la sanidad en el material traído a depósito en estas condiciones.
Es coveniente que el apicultor separe este material del resto, y proceda a un examen exhaustivo del mismo; y una vez realizado, desinfectar el mismo, tanto sean pisos, alzas, cuadros y entretapas, a fin de eliminar posibles vestigios de bacterias y esporos infecciosos que aun se encuentren en dicho material.
A modo de referencia, hay un producto que actua muy bien como agente desinfectante para todo el material de colmenas, es el yodo, tanto por su eficacia como por su baja toxicidad., siendo, aparte, un elemento que no ataca el metal, por lo cual también sirve para desinfectar la palanca o herramienta universal cuando se utilizan en colmenas enfermas.
Desde ya, que aquel material que el apicultor al revisarlo, considera que puede estar muy contaminado, directamente lo destruye, a fin de no correr riesgos innecesarios. Cabe destacar que en el caso del material que haya que hacerle este tipo de tratamiento desinfectante, es conveniente hacerle una marca bien visible tanto a las alzas como a los cuadros, para evitar utilizarlos, por precaución, como componentes de cámaras de cría y usarlos unicamente como melarios para acopio de miel en la temporada.
Al margen de este tema tan específico, es importante no descuidar la alimentación y la sanidad en las colmenas preparadas para la invernada, ya que el desequilibrio climático que hay actualmente está perjudicando notoriamente a las colmenas, pues hay consumo prematuro de reservas y pillaje.
Amigo apicultor: no descuide sus colmenas en el invierno; esté atento a cualquier contingencia climática, pues puede provocar desequilibrios dentro de las colmenas. Sea precavido.